Buscabas mil carteras desgastadas por usarse en tres viajes a la nada y escapes preparados hasta un cielo sin salida. Llegaste en silencio a tu senda olvidada en canciones sin sentido como lobos sin aullido entre la bruma de tus ojos.
Robaste corazones de hojalata oxidados por esperarte en el museo de tu alma sobre dos bancas desoladas. Mirabas tras una vieja ventana del edificio más dañado esperando que te entregue unos libros casi nuevos, llenos de unos versos averiados de escritores aún anónimos.
Tiraste en una caja de cristal un encendedor sin usar y cien cigarros que fumaba cuando esperaba tu mirada fatigada. Dijiste que me amabas sin palabras que se rompen en el aire entre aviones negros como hojas en otoño, y ahora te espero bajo el traje más oscuro de la noche en un largo invierno estancado por dos años ya olvidados.
Como decía Vasallo: "Hay inviernos más largos que la vida". Felicidades por la obra, Marco.
ResponderEliminar¡Wow! una obra bastante profunda, espero con ansias la siguiente =). Felicitaciones!
ResponderEliminarEsta es una composición muy interesante, como todas las tuyas. Felicidades por esta nueva publicación.
ResponderEliminarGracias a los tres por sus comentarios :) Espero sigan conmigo e Interludio como hasta ahora ;) Saludos.
ResponderEliminarmuy buena composicion, sta me gusto mucho, sigue asi
ResponderEliminarQué bueno que te haya gustado. Espero sigas conmigo ;) Saludos.
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