domingo, 19 de septiembre de 2010

Lluvia al amanecer

Al borde de un acantilado de recuerdos malheridos una lluvia helada cayó y no parecía tener fin, entre el sueño de tus ojos verdes quedé perdido y morí. Al salir el sol descubrí el lado más débil de mi ser.

Era casi el amanecer y mi vida se paralizó en medio de un triste huracán de lamentos durante la noche, y pude recordar que odio ponerme triste pensando en ti de vez en cuando, sólo de vez en cuando.

Perdóname, mi sonrisa se perdió bajo el crepúsculo maldito de mi corazón después del encuentro de una noche con mi pasado nublado, después de notar esa lluvia de penas, aunque mi orgullo no lo quería mostrar, no lo pude evitar y aún no entiendo el por qué de esa lluvia al amanecer.