jueves, 28 de enero de 2010

El tren del fin del mundo

Una parada en la soledad, después de tomar el tren del fin del mundo. Ya van dos días sin nadie en el tren, ya van dos días para olvidar.
Butacas heladas esperan caer como la nieve de invierno al atardecer, cincuenta estaciones vimos pasar, ninguna parada, ningún nuevo amor. Sin rumbo, sin rieles corre el tren del fin del mundo.

Rencores cansados de sospechar y un maquinista de estrellas ahogadas, amores eternos esperan llegar de nuevo en la estación vacía al tren del fin del mundo.
El viaje traspasa las olas del mar, donde se ven cien peces nadando y al fondo se ven tres barcos naufragar.

Ya son diez días en soledad, sólo unos kilómetros quedan para atravesar y llegar a la estación vacía en el fin mundo. Una parada después de dos días de fatalidad, una parada en la soledad, un nuevo amor aparece después para acompañarme a un nuevo viaje en el tren del fin del mundo, para acompañarme hasta el fin del mundo.

7 comentarios:

  1. Una buena alternativa para leer cuando tienes ganas de irte un rato a la tierra del olvido. Cautivadora pieza, Marco.

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  2. esta composicion n especial siento q m lleva a otro mundo, m gusta mucho, felicidades

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  3. Gracias a los dos por su comentario, es bueno saber que les gustó este pequeño viaje en el tren del fin del mundo ;) Saludos.

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  4. Una obra bastante interesante. Me gustó sobre todo la metáfora del tren.

    ¡Sigue así!

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  5. Gracias, Adán, por tu comentario. Es bueno saber que te gustó la composición y contar contigo. Saludos.

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  6. Lúgubre e interesante, buena obra. Sigue así! ;)

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  7. El tren del fin del mundo esperará a una nueva parada para volver a aparecer. Gracias por tu comentario, Meli. Un abrazo.

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